<h1 dir="ltr" id="heading1">1-Introduccion</h1> <p class="texte" dir="ltr">La mayor&iacute;a de quienes hacemos Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica en Am&eacute;rica Latina cre&iacute;amos que la disciplina se desprend&iacute;a de la Psicolog&iacute;a Social. Esto se ha repetido cual una suerte de latiguillo sin ponerlo en duda, hasta que Dorna (2002) demostr&oacute; la falacia de ello, al se&ntilde;alar que era anterior a la Social, no en su constituci&oacute;n formal, sino en cuanto a su existencia f&aacute;ctica, aunque sin &eacute;se nombre. Es tan cierto que en Arist&oacute;teles y Plat&oacute;n se rastrea -en sus estudios pol&iacute;ticos- que atend&iacute;an a los atravesamientos de lo subjetivo. La historia del pensamiento confirma los dichos de Dorna, basta recorrer algunos cl&aacute;sicos pol&iacute;ticos para ver referencias a tales atravesamientos: Maquiavelo, Hobbes, Locke, Hume, Smith, Marx, Veblen, etc.</p> <p class="texte" dir="ltr">Una explicaci&oacute;n a la confusi&oacute;n de los or&iacute;genes de la Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica est&aacute; en que quienes la trabajamos en Am&eacute;rica Latina -no m&aacute;s de 15 a&ntilde;os- lo hicimos con base en la Psicolog&iacute;a Social. La mayor&iacute;a de quienes aceptamos la propuesta de Montero (1987) proced&iacute;amos de la Psicolog&iacute;a Social Cr&iacute;tica, que era una lectura comprometida pol&iacute;tica e ideol&oacute;gicamente de lo que hac&iacute;amos desde ella. M&aacute;s, ante la afirmaci&oacute;n de Dorna, tuvimos que salir de esa postura ingenua, sin ver lo que hab&iacute;a en los cl&aacute;sicos pol&iacute;ticos. Quiz&aacute;s los dichos de Brozek (2002) -al referirse a la Psicolog&iacute;a- valga aquello de que tenemos &quot;Un pasado largo y una historia corta&quot;.</p> <p class="texte" dir="ltr">Para finalizar con la Introducci&oacute;n, anticipo de que pese a que nota refiere a la Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica Latinoamericana, b&aacute;sicamente har&eacute; referencia a lo que ocurre en la Argentina por dos motivos:</p> <p class="texte" dir="ltr">a) Argentina, durante sus doscientos a&ntilde;os nunca se sinti&oacute; parte del subcontinente; los latinoamericanos nos consideran el lugar m&aacute;s occidental de Europa por la exquisitez argentina de mirar con avidez hacia Europa -en especial a Par&iacute;s- lo cual retroaliment&oacute; que nos sintamos menos parte de nuestra Am&eacute;rica. Pero, en los a&ntilde;os &#39;90 -con el menemismo- nos aggiornamos y buscamos el referente en los EE.UU. y con eso cre&iacute;mos que &eacute;ramos el Primer Mundo, cosa que nunca fuimos debido al abismo entre explotadores y explotados. Los par&aacute;metros macroecon&oacute;micos manten&iacute;an la ilusi&oacute;n, aunque la realidad que vive el pueblo es la de la pobreza social e intelectual (1); y b) merced a la crisis financiera, econ&oacute;mica, pol&iacute;tica y social que atravesamos, los habitantes pusieron en juego las c&eacute;lulas grises indemnes para superarla por sus propios recursos y, en ello, colaboran un grupo de psic&oacute;logos comprometidos con los excluidos y marginados por el imperiocapitalismo que nos arroj&oacute; a la miseria extrema. Ellos fijan pautas de trabajo psicopol&iacute;tico que contribuyen a elevar la cabeza y mirar al mundo como iguales o, al menos, no dejar que nos exploten los que encontraron en este territorio una vena abierta para sus negocios. Es por esto &uacute;ltimo que parcialmente dejar&eacute; los desarrollos de colegas del subcontinente, ya que tuvieron -no siempre- un compromiso verbal no reflejado en hechos.</p> <h1 dir="ltr" id="heading2">2-Desarrollos de breve tiempo</h1> <p class="texte" dir="ltr">El entendimiento que la disciplina era un desprendimiento de la Psicolog&iacute;a Social, debe a&ntilde;ad&iacute;rsele que se la consider&oacute; como un nivel superior de an&aacute;lisis e interpretaci&oacute;n de los hechos que de la cotidianeidad que se trabajaba y fue necesario recurrir a conceptos psicosociales como a conceptualizaciones pol&iacute;ticas, hist&oacute;ricas, ideol&oacute;gicas, filos&oacute;ficas y econ&oacute;micas. As&iacute; surgi&oacute; una s&iacute;ntesis de datos psicol&oacute;gicos y sociales del entorno pol&iacute;tico que atraviesan la subjetividad, para lograr m&aacute;s eficiencia te&oacute;rica e investigativa, a m&aacute;s de mayor efectividad en el an&aacute;lisis, comprensi&oacute;n e intervenci&oacute;n en los hechos pol&iacute;ticos y sociales que se suced&iacute;an en derredor.</p> <p class="texte" dir="ltr">Sobre la ampliaci&oacute;n de conocimientos con que egresan los psic&oacute;logos, interesa traer unas palabras de Guattari en una entrevista en Buenos Aires: &quot;Me parece que lo que enriquece la potencialidad de un intelectual es su capacidad de dispersar su producci&oacute;n de registros heterog&eacute;neos&quot;. Los psic&oacute;logos tenemos el deber intelectual y profesional de pretender no s&oacute;lo ser &quot;sabios&quot; en nuestro quehacer, sino tambi&eacute;n la de ser intelectuales, para tener una perspectiva m&aacute;s abarcativa que permita realizar con mayor eficacia la labor.</p> <p class="texte" dir="ltr">La Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica surgi&oacute; en Latinoam&eacute;rica para los &#39;80, como resultado de investigaciones de campo hechas por psic&oacute;logos sociales ocupados y preocupados por los &quot;males&quot; sociales end&eacute;micos que azolaban a la regi&oacute;n y que -luego de 15 a&ntilde;os- crecieron a&uacute;n m&aacute;s (2). El hito fundacional fue la convocatoria de Montero y Mart&iacute;n Bar&oacute; (Montero, 1987) inquietos por temas y problemas pol&iacute;ticos. La Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica ya exist&iacute;a en especial en USA y Europa, aunque las relaciones que se mantuvo con esos centros del poder econ&oacute;mico e intelectual se matizaron de un modo diferente ya que, como se&ntilde;ala (Parisi, 1999), &quot;... las tem&aacute;ticas, los enfoques y los recursos metodol&oacute;gicos utilizados implican una distintividad del quehacer psicopol&iacute;tico surgido en cada uno de ellos&quot;.</p> <p class="texte" dir="ltr">Se convoc&oacute; a psic&oacute;logos que cumpl&iacute;an con dos condiciones necesarias para hacer la superaci&oacute;n de la frustraci&oacute;n social e intelectual que ten&iacute;amos. Estar atravesados por las limitaciones de la lectura de datos de investigaci&oacute;n y, asimismo, estar en condici&oacute;n intelectual y afectiva para asumir un compromiso con la realidad social que viv&iacute;amos y dar un paso adelante en las intrascendentes -socialmente dicho- investigaciones con asepsia de compromiso ideol&oacute;gico; tales hechos deb&iacute;an ser sentidos como dolor propio en tanto afectan a la dignidad de humana que merece una mejor calidad de vida.</p> <p class="texte" dir="ltr">Dado que toqu&eacute; marginalmente a los derechos humanos, es interesante notar que pese a los episodios de tortura y genocidio que sufri&oacute; la poblaci&oacute;n de &quot;nuestra&quot; Am&eacute;rica, buen n&uacute;mero de psic&oacute;logos ignoran los experimentos hechos por Milgram (1974) sobre &quot;obediencia debida&quot; y que aplicaron los desp&oacute;tas latinoamericanos -incluso europeos, ya que Serbia est&aacute; en Europa- para encubrir sus acciones.</p> <p class="texte" dir="ltr">M&aacute;s, retomando el tema central -el desarrollo disciplinar desde las premisas se&ntilde;aladas- hay que advertir que s&oacute;lo con su presencia no se est&aacute; ante una Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica cient&iacute;fica. S&oacute;lo se dio un paso necesario -no suficiente- en superar lo que Montero (op. cit.) marc&oacute; como el de la psicolog&iacute;a pol&iacute;tica inconsciente al consciente. Aquel momento se produjo cuando un n&uacute;mero significativo de psic&oacute;logos asumieron un papel pol&iacute;tico protag&oacute;nico en su quehacer profesional y en su privacidad. Por discreci&oacute;n a personajes tenidos como &quot;vacas sagradas&quot; en la psicolog&iacute;a latinoamericana, no los mencionar&eacute;; esto no obsta para que el lector sepa quienes no asumieron tal compromiso y continuaron disfrutando de subsidios que se distribu&iacute;an desde lo que se ser&iacute;a la capital del Nuevo Orden Mundial (Garc&iacute;a Lupo, 1983). Es decir, en t&eacute;rminos fenomenol&oacute;gicos la conciencia es el &quot;para-s&iacute;&quot; que prueba el uso de la libertad asumida por el sujeto y que lo angustia frente a la &eacute;tica de la responsabilidad con que se tomen las acciones que protagonice. Para Sartre, la fuga a la angustia se puede hacer con &quot;mala fe&quot;; la conciencia -alienada- niega la realidad (Freud, 1925) como mecanismo defensivo y finaliza por cosificarlo. Al proteger intereses personales se olvida que la historia es de los conflictos y las luchas de clases (Marx, 1852), a las que hoy hay que a&ntilde;adir la de los movimientos sociales que marcan un rumbo al que es preciso adaptarse por que la realidad as&iacute; lo indica, ya que ignorarlos es ignorar el paso del tiempo, incluso las ideolog&iacute;as cre&iacute;das -en devaneos religiosos m&aacute;s que &quot;cient&iacute;ficos&quot;- que ser&iacute;an eternas, ignorando a la dial&eacute;ctica.</p> <p class="texte" dir="ltr">Si la base de la historia est&aacute; en el conflicto, entonces la cooperaci&oacute;n propuesta por algunos psic&oacute;logos refleja el vasallaje a que se someten -los m&aacute;s- por otros -los menos- que atraen con el dinero. La &uacute;nica cooperaci&oacute;n y solidaridad est&aacute; entre los oprimidos (Memmi, 1969) que, para esto, son los psic&oacute;logos latinoamericanos que enfrentan al adversario para revertir la humillaci&oacute;n a que es sometido nuestro pueblo. Para eso, los psic&oacute;logos latinoamericanos estamos dispuestos a afrontar la asepsia pol&iacute;tica y reemplazarla por el compromiso ideol&oacute;gico y de praxis con los marginados sociales que -en general- atraen la atenci&oacute;n para declaraciones de solidaridad, aunque sin dar el paso de la militancia que es la que realmente nos comprometer&aacute; con lo que decimos estar comprometidos.</p> <p class="texte" dir="ltr">En Argentina hay una peque&ntilde;a tradici&oacute;n en esto, fue M. Langer (1978) que llev&oacute; a otros psic&oacute;logos -en especial psicoanalistas- pero que la represi&oacute;n de la dictadura (1976-83) desbarat&oacute; con el ostracismo, la tortura y la muerte de varios de sus protagonistas. Sin embargo, surgen grupos que asumen el compromiso activo (Carpintero, 2002) con su participaci&oacute;n en la organizaci&oacute;n Madres de Plaza de Mayo.</p> <p class="texte" dir="ltr">Proponer participaci&oacute;n y compromiso puede aparecer descolocado ante a una tradici&oacute;n psicol&oacute;gica que hizo de la no contaminaci&oacute;n pol&iacute;tica un santuario; estas conductas no fueron atrabiliarias entre fil&oacute;sofos, soci&oacute;logos, economistas e historiadores. Entre los psic&oacute;logos esto no ha sido lo com&uacute;n, debido a lo sostenido al inicio de que est&aacute;n &quot;mal&quot; dotados en su formaci&oacute;n por carencia de otros registros, lo cual les impide alcanzar la categor&iacute;a de &quot;pensadores&quot;, es decir, se quedan en profesionales. Esto no significa que ma&ntilde;ana corramos a afiliarnos a un partido pol&iacute;tico sino que basta con adherir sin reparos a los movimientos sociales que reemplazan a entes que quedaron anquilosados en el tiempo por falta de conducci&oacute;n que piense m&aacute;s en los otros y menos en sus intereses. Que nadie crea que tal conducta har&aacute; perder &quot;objetividad cient&iacute;fica&quot; a nuestro quehacer; como ejemplo de esto valga el cient&iacute;fico m&aacute;s notable del Siglo XX -Einstein- que no por adherir y participar por la paz mundial, la no violencia, los derechos humanos y hasta con adhesi&oacute;n condicionada a ciertos postulados socialistas dej&oacute; de ser un cient&iacute;fico del cual tenemos mucho que aprender m&aacute;s all&aacute; de su campo de labor espec&iacute;fica.</p> <p class="texte" dir="ltr">Hoy la participaci&oacute;n pol&iacute;tica-ideol&oacute;gica no pasa por lo que alguna vez afirmara (Rodriguez Kauth, 2001): desenmascarar las pol&iacute;ticas econ&oacute;micas proteccionistas y belicistas que usan los amos del Norte. Y, sobre los &quot;equilibrios comerciales&quot;, recordemos los dichos de I. Caruso (1971) que se&ntilde;al&oacute;: &quot;Los pueblos que cultivan intercambios amistosos entre s&iacute; se ponen a la defensiva cuando esos intercambios son perturbados en beneficio de uno de ellos&quot;.</p> <p class="texte" dir="ltr">Una forma de combatir la desocupaci&oacute;n excluyente y sus consecuencias inmediatas como la desnutrici&oacute;n infantil, la miseria, el hambre, la indigencia, etc., es participando con nuestros saberes en la recuperaci&oacute;n de empresas abandonadas y ponerlas -cooperativas o autogesti&oacute;n- en manos de los trabajadores. Quienes hacemos Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica tenemos mucho que decir y hacer en pos de lograr con &eacute;xito el intento (Rodriguez Kauth, 2002), pero nos falta a&uacute;n mucha distancia para ser honestos con los otros y con nosotros.</p> <p class="texte" dir="ltr">No se me escapa que ya alg&uacute;n lector sospeche si con la implicaci&oacute;n activa, los psic&oacute;logos pol&iacute;ticos -u otros- no perder&aacute;n &quot;objetividad cient&iacute;fica&quot; en cuanto sirven a alguna causa pol&iacute;tica. Los reto a un ejercicio intelectual al rev&eacute;s. Preg&uacute;ntense si quienes permanecen en la asepsia pol&iacute;tica en su profesi&oacute;n no creen que est&aacute;n limpios de la culpa de &quot;hacer&quot; pol&iacute;tica. &iexcl;S&iacute; lo hacen!. &iquest;Porqu&eacute; la respuesta enf&aacute;tica?. Lo hacen a diario al no reconocer conscientemente de que son c&oacute;mplices de las pol&iacute;ticas vigentes por omisi&oacute;n, no por acci&oacute;n como la propuesta, pero igual participa de los intereses en disputa. Con un agravante &eacute;tico: enga&ntilde;an a los otros y a s&iacute; mismos con un actuar falsamente puro lo que los poderes se encargaron de decir que es sucio o pecaminoso, para que no nos entrometamos en sus enjuagues y los dejemos continuar con sus depredaciones sobre los pueblos.</p> <p class="texte" dir="ltr">No por eso han de ser mejores o peores psic&oacute;logos que otros, al igual que los que ponemos la cara no s&oacute;lo para decir &quot;desde aqu&iacute; escribimos&quot;, sino para testimoniar el lugar desde donde actuamos. Tampoco ellos son peores en su quehacer -que goza de subsidios por realizar todo lo que al sistema le conviene desarrollar- que los que tomamos la posici&oacute;n sugerida; s&oacute;lo nos diferencia el conocimiento que tenemos de saber al servicio de quienes ponemos nuestras capacidades y del lado de quien est&aacute; nuestro compromiso. Las consecuencias de la toma de posici&oacute;n activa llev&oacute; a Parisi (op. cit.) a caracterizar a lo que ha ocurrido como el momento de &quot;... una Revoluci&oacute;n Cient&iacute;fica al interior del pensamiento psicol&oacute;gico, especialmente el de las ideas de la Psicolog&iacute;a Social&quot;.</p> <h1 dir="ltr" id="heading3">3-La actualidad</h1> <p class="texte" dir="ltr">En el repaso hist&oacute;rico, deslic&eacute; cuestiones atinentes a la actualidad del hacer psicopol&iacute;tico en particular y del psicol&oacute;gico en general, sobre todo en donde se implican acciones profesionales con problemas de la vida cotidiana de las personas que buscan apoyo terap&eacute;utico, o como intersecci&oacute;n con la Psicolog&iacute;a Social Comunitaria o como se&ntilde;ala Carpintero (op. cit.), cuando se trata de actuaciones profesionales enmarcadas claramente con contenido pol&iacute;tico y social.</p> <p class="texte" dir="ltr">Existen denominadores comunes sintetizados en dos: a) incuestionable compromiso del profesional con su clase -trabajadores- que permite superar la falsa conciencia (Marx, 1847); y b) la aplicaci&oacute;n de sus conocimientos al servicio de Otros, de los que lo necesitan y no pueden pagarle su quehacer por ser indigentes y necesitarlos como un apoyo m&aacute;s en la reivindicaci&oacute;n de derechos inalienables: trabajo, comida, salud, educaci&oacute;n, vivienda y libertad; todo lo cual es un prop&oacute;sito que lleva a la lucha diaria contra los intereses de los que hicieron de la desocupaci&oacute;n la forma de tener mano de obra barata para reducir costos y lograr esclavos en vez de empleados.</p> <p class="texte" dir="ltr">La torpeza de algunos intelectuales del establishment, como de la llamada clase media, logr&oacute; que se observe a la pobreza como propia de quienes no son capaces de superar la condici&oacute;n agraviante en que viven. Un pobre es igual a cualquiera, la diferencia est&aacute; en que &eacute;l no tiene &aacute;nimo -por falta de f&oacute;sforo y prote&iacute;nas- como para hacer marchar sus neuronas que se atrofiaron por ser pobre social, afectiva e intelectualmente. Son ellos, los que nos requieren para salir de la condici&oacute;n en que los hundi&oacute; un sistema pol&iacute;tico y econ&oacute;mico perversamente injusto.</p> <p class="texte" dir="ltr">Retornando a la aplicaci&oacute;n de los conocimientos psicol&oacute;gicos a una pr&aacute;ctica social concreta que va de la mano del compromiso expl&iacute;cito con quienes necesitan de nosotros y no de los que nosotros necesitamos para obtener honores, financiamientos, subsidios, becas, invitaciones, etc. (Rodriguez Kauth, 2002b) dir&eacute; que lo que se realiza con esas experiencias incipientes es, desde el conocimiento que tenemos y que a los otros les faltan, alcanzar una alianza libre de especulaciones ego&iacute;stas que vayan m&aacute;s all&aacute; del mero hecho de poner conocimientos y t&eacute;cnicas al servicio de los que lo requieren. Tal aplicaci&oacute;n no ser&aacute; novedosa para quienes conocen de psicolog&iacute;a social aplicada, como la intervenci&oacute;n institucional, organizacional y grupal que funcionan como contenci&oacute;n de las ansiedades paranoicas que frenan las posibles acciones de lucha.</p> <p class="texte" dir="ltr">En Argentina existen cerca de 200 empresas e industrias cerradas por los due&ntilde;os, pero que sus trabajadores intentan convertirlas en empresas de autogesti&oacute;n para reabrirlas y dar trabajo a miles de desocupados excluidos del sistema laboral, porque para los patronos fue negocio &quot;vaciar&quot; capitales y retornar a sus casas matrices donde gozan de la seguridad jur&iacute;dica que aqu&iacute; no encuentran debido a los vaivenes de una gobernabilidad pol&iacute;tica ca&oacute;tica que se mueve como en el Mar de los Sargazos sin hallar el rumbo para llegar a puerto.</p> <p class="texte" dir="ltr">As&iacute; se procura el retorno de lo reprimido bajo la forma de utop&iacute;a puesta en marcha y una de esas marchas es para que se haga caminar m&aacute;s r&aacute;pido a la Justicia a fin que entregue esos establecimientos a sus trabajadores y que los hagan funcionar. Con las movilizaciones y asambleas obreras se logra la temida &quot;justicia por mano propia&quot;. Pero en este caso no se trata de una venganza, sino de recuperar el trabajo y ante ello los jueces no pueden hacer o&iacute;dos sordos y se ven obligados a autorizarlos para cumplir con su objetivo de trabajar.</p> <p class="texte" dir="ltr">La recuperaci&oacute;n del trabajo es el imperativo para no ser excluidos de un sistema que los necesita afuera de las f&aacute;bricas para regular precios y salarios seg&uacute;n les convenga. La toma de f&aacute;bricas no es en reclamo por condiciones laborales o salariales, se reduce a ponerlas en marcha para recuperar la fuente con la que alimentarse, lo que va atado a superar la fragmentaci&oacute;n -de la globalizaci&oacute;n- por medio de la solidaridad y de entablar lazos sociales estrechos entre quienes compart&iacute;an un espacio laboral, pero se ignoraban como sujetos y ahora se piensan de modo m&aacute;s humano en la forma de relacionarse. Tal reconversi&oacute;n cooperativa se hace contra la oposici&oacute;n patronal, del gobierno y de la burocracia sindical aliada al capital y no defiende a los afiliados. A estos &uacute;ltimos se los desplaz&oacute; de las f&aacute;bricas recuperadas reemplaz&aacute;ndolos con dirigentes de la base obrera.</p> <p class="texte" dir="ltr">Me he referido a la defensa y protecci&oacute;n de los Derechos Humanos. Es uno de los problemas centrales en Latinoam&eacute;rica; merecen destacarse los aportes -que va m&aacute;s all&aacute; de lo expositivo- de Lira, Weinstein y Kovalskys (1987) y Parisi (2002). Es un tema complejo, ya que nuestros territorios estuvieron sometidos a gobiernos desp&oacute;ticos que no dudaron en recurrir a la protecci&oacute;n de los EE.UU. para violarlos, en especial la vida. Aqu&iacute; los psic&oacute;logos sociales realizaron una tarea silenciosa y eficaz en el rescate de la memoria individual y colectiva; siendo de destacar lo realizado desde organismos como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas e Hijos por encontrar la identidad p&eacute;rdida de ciudadanos despojados desde ni&ntilde;os de ella, como tambi&eacute;n participar en la elaboraci&oacute;n del duelo en familias de desaparecidos. Asimismo se destacan los trabajos realizados sobre los efectos de la tortura, siendo de los m&aacute;s recientes el de Bou&ccedil;as Coimbra (2001).</p> <p class="texte" dir="ltr">Un problema que afecta a la pol&iacute;tica y al atravesamiento subjetivo de la poblaci&oacute;n es el de la corrupci&oacute;n. Sobre ella se ha escrito e investigado bastante y se contin&uacute;a haci&eacute;ndolo en pos de desenmascarar ONGs que pretenden ser &quot;transparentes&quot;.</p> <p class="texte" dir="ltr">Otros temas y problemas alientan la Investigaci&oacute;n psicopol&iacute;tica sudamericana pero, para finalizar, s&oacute;lo har&eacute; hincapi&eacute; en el racismo -o clasismo- que es problema presente no entre nosotros y cuyos estudios han de incentivarse por los hallazgos del bi&oacute;logo S. Wells (2002) que demuestran que hablar de &quot;razas&quot; es un dislate intelectual, luego de seguir gen&eacute;ticamente las migraciones que partieron desde Africa hace unos 60 mil a&ntilde;os y que echan por tierra las concepciones racistas imperantes.</p> <h1 dir="ltr" id="heading4">5-Conclusiones</h1> <p class="texte" dir="ltr">No son muchas las que puedo poner aqu&iacute;, pero el punto debe incluirse porque es de rigor en estos escritos. Las conclusiones debe sacarlas el lector a partir de lo expuesto. S&oacute;lo se&ntilde;alar&eacute; que la Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica est&aacute; tomando la fuerza que necesitaba para enfrentar los desaf&iacute;os sociales, pol&iacute;ticos y econ&oacute;micos que afronta la regi&oacute;n y, sobre todo, lo hace con la honestidad intelectual de decir desde qu&eacute; lugar se ha tomado posici&oacute;n para llevar la tarea que nos convoca.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Ardila, R.: (2002) La Psicolog&iacute;a en el futuro. Pir&aacute;mide, Madrid.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Bou&ccedil;as Coimbra, C. M.: (2001) &quot;Pr&aacute;ticas psi e tortura no Brasil&quot;. Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica, Sao Paulo, Vol. 2, N&ordm; 1.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Brozek, J.: (2002) &quot;Un pasado largo y una historia corta&quot;. En Ardila.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Carpintero, E.: (2002) Produciendo realidad: las empresas comunitarias. Top&iacute;a, Bs. Aires.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Caruso, I.: (1971) &quot;Psicoan&aacute;lisis, ideolog&iacute;a y cr&iacute;tica de la ideolog&iacute;a&quot;. Actas II Congreso de Psicolog&iacute;a Social, Mar del Plata.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Dorna, A.: (2002) &quot;La Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica. Ausencia de Proyectos Pol&iacute;ticos y la crisis de las Ciencias Sociales&quot;. Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica, Valencia, N&ordm; 34.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Freud, S.: (925) La Negaci&oacute;n. Amorrortu, Bs. Aires, 1986.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Garcia Lupo, R.: (1983) El Plan Camelot. C.E.A.L., Bs. Aires.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Langer, M.: (1978) &quot;Notas autobiogr&aacute;ficas&quot;. Top&iacute;a, Bs. Aires, N&ordm; 35, 2002.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Marx, C.: (1847) La Ideolog&iacute;a alemana. Pueblos Unidos, Montevideo, 1958.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Marx, C.: (1852) La Lucha de Clases en Francia de 1848 a 1852. Espasa Calpe, Madrid, 1953.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Memmi, P.: (1969) Retrato del colonizado. La Flor, Bs. Aires, 1971.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Montero, M. y otros: (1987) Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica Latinoamericana. Panapo, Caracas.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Parisi, E. R.: (1999) &quot;Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica Latinoamericana&quot;. Psicolog&iacute;a Iberoamericana, M&eacute;xico, N&ordm; 2.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Parisi, E. R.: (2002) &quot;Tratamiento psicosocial de los derechos humanos&quot;. Tesis doctoral in&eacute;dita, San Luis.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Rodriguez Kauth, A.: (2001) &quot;La Psicolog&iacute;a Social y la Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica Latinoamericana: ayer y hoy&quot;. Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica, Valencia, N&ordm; 22.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Rodriguez Kauth, A: (2002) &quot;La crisis que se vive en Argentina&quot;. Debats, Valencia, N&ordm; 77.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Rodriguez Kauth, A: (2002b) &quot;La Pol&iacute;tica de la Psicolog&iacute;a: el caso Argentino&quot;. Psicolog&iacute;a Pol&iacute;tica, Sao Paulo, Vol. 2, N&ordm; 3.</p> <p class="bibliographie" dir="ltr">Wells, S.: (2002) The Journey of Man. A genetic odyssey. Penguin, London.</p>