<r2r:ml lang="es"><p class="resumen" dir="ltr">El imaginario de la izquierda boliviana durante la Guerra Fría se construyó alrededor de la adscripción o rechazo a la Revolución Nacional y el nacionalismo que emergió con posterioridad a ésta.</p><p class="resumen" dir="ltr">Esa lógica se mantuvo mucho tiempo después de que la Guerra Fría terminara, y aún hoy es enarbolada por los movimientos sociales y la denominada “nueva izquierda” boliviana representada por el Vicepresidente Alvaro García Linera, uno de los soportes fundamentales del gobierno. <br />Si bien en los últimos años ese discurso ha sido morigerado naturalmente por el ejercicio del poder, subsiste en el horizonte intelectual de la “nueva izquierda”.<br />Dichas continuidad tiene características distintivas y novedosas: por un lado, la lógica se recrea desde el gobierno y no desde la oposición o la clandestinidad en la cual se desenvolvió la izquierda tradicional durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX; por otro lado, esa lógica se remoza teórica y prácticamente y adscribe a la democracia como sistema político. </p></r2r:ml>