<p>La memoria como factor determinante del resultado electoral</p>
<p>del PSOE en las elecciones legislativas de 1977.</p>
<p>Aurelio Martín López<br />
Doctor por la Universidad Carlos III de Madrid<br />
César Luena López<br />
Profesor asociado de la Universidad Carlos III de Madrid</p>
<p>1. Introducción<br />
Los resultados electorales del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las<br />
primeras elecciones generales democráticas en España en 1977, tras la dictadura<br />
militar del general Franco, fueron mucho mejores de lo esperado: el Partido Comunista era el partido socialmente reconocido como antifranquista, y al PSOE se la acusaba de llevar 40 años de vacaciones.<br />
Esta era la situación en la que el Partido Socialista Obrero Español llegaba a estas<br />
elecciones, situación que no auguraba el resultado que finalmente se produjo. Una organización que<br />
apenas contaba con poco más de 50.000 afiliados antes de las elecciones (Martín,<br />
2009), tuvo un resultado electoral de 118 diputados con más de 5,3 millones de<br />
votantes frente a los 20 diputados con algo menos de 2 millones de votos del Partido<br />
Comunista de España (PCE) de Santiago Carrillo, y los 6 diputados del Partido Socialista<br />
Popular (PSP), con más de 800.000 votos de Enrique Tierno Galván. Las elecciones las<br />
ganó la coalición de partidos Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez con<br />
165 diputados y poco más de 6,3 millones de votos. 1<br />
El PSOE en 1977 era un partido político que, atendiendo a su afiliación e<br />
implantación territorial, se podría decir que padecía anemia. La comparativa con el<br />
resto de partidos políticos europeos en número de afiliados y el porcentaje de votos<br />
obtenidos por el resto de partidos socialistas o socialdemócratas así lo demuestra. El<br />
SPD alemán obtuvo un 42% de los votos en las elecciones generales de 1976 con 1<br />
millón de afiliados, el PSF francés obtuvo, en las legislativas de 1978, un 22% de apoyos<br />
electorales con 200.000 afiliados o el PSP portugués, que con un 29% de apoyo<br />
electoral en las parlamentarias de 1979, contaba con 75.000 afiliados (Tezanos, 1981).<br />
1 https://www.juntaelectoralcentral.es/cs/jec/documentos/GENERALES_1977_Resultados.pdf</p>
<p>2<br />
El PSOE, con 51.500 afiliados, obtuvo prácticamente el 30% de apoyo electoral, cifras<br />
que no se corresponden con el resto de partidos hermanos.<br />
La memoria histórica en el socialismo español era un activo incontestable en un<br />
partido que iba a cumplir un siglo dos años después de esas elecciones. Como se verá<br />
en este artículo, el material conservado en los Archivos de la Fundación Pablo Iglesias -institución cuyo objetivo es conservar y divulgar la historia del socialismo español- tanto personales como de múltiples agrupaciones locales de la organización, así como<br />
los datos electorales, demuestran la importante implantación territorial de las<br />
organizaciones socialistas PSOE y Unión General de Trabajadores (UGT), en<br />
comparación con la del resto de partidos y sindicatos de izquierdas al perpetrarse el<br />
golpe de Estado. Además, podremos comparar también los resultados de las últimas<br />
elecciones generales en 1936 del PSOE con los resultados de las elecciones generales<br />
de 1977 tras recuperarse las libertades y legalizarse los partidos políticos.<br />
Gracias a los ingentes archivos personales y a la historiografía tradicional y<br />
también más reciente 2 , tenemos una versión detallada y consolidada sobre esa etapa<br />
en la que el PSOE mantuvo una doble estructura, interior y exterior, y a su vez una<br />
doble estrategia y filosofía organizativa: por un lado, el exilio en México con Indalecio<br />
Prieto a la cabeza y, del otro, el exilio en Francia, comandado por Rodolfo Llopis. Pero<br />
el PSOE mantuvo su funcionamiento en el que fue capaz de celebrar hasta trece<br />
congresos, mientras El Socialista no dejaba de imprimirse y publicarse.<br />
Es en este marco histórico, en el que se comprende cómo ese pasado -cien<br />
años en ese momento- compartido, la existencia de estructuras organizativas sólidas,<br />
la continuidad histórica que esto garantizaba, más la existencia de unas liturgias y<br />
tradiciones asentadas en el tiempo y también de un sentimiento colectivo de<br />
pertenencia a una comunidad propia, actuaron como factores estimulantes decisivos<br />
en aquellas elecciones.<br />
Pero además de la memoria colectiva de la guerra civil, factor determinante en<br />
el resultado de 1977, el PSOE contaba con otras dos ventajas en esas elecciones: la<br />
renovación generacional e ideológica y el apoyo y reconocimiento internacional. El<br />
Partido Socialista se presentaba como un partido moderno, renovado y en sintonía con<br />
2 Véase la bibliografía de este artículo si se quiere profundizar en la Historia del PSOE.</p>
<p>3<br />
los grandes partidos de la socialdemocracia europea, que tenía como objetivo<br />
recuperar la libertad en el país: “Socialismo es libertad” y “La libertad está en tu mano”<br />
eran los lemas de los carteles electorales del PSOE para esas elecciones. También era<br />
el único partido que presentaba a un candidato, Felipe González, que no había<br />
formado parte ni de la guerra civil ni de la estructura franquista del país.<br />
En el ámbito internacional, destacaban los apoyos venidos de Alemania a través<br />
del líder socialdemócrata Willy Brandt, que había sido canciller y los que aportaba el<br />
socialismo francés liderado por François Mitterrand, que sería después presidente de<br />
la República. Además, los EE. UU. tampoco veían mal a esos “jóvenes nacionalistas<br />
españoles”, según describía la poderosa agencia de inteligencia americana CIA en uno<br />
de sus informes.<br />
Como decimos, la renovación generacional que comenzó en los años 60 y que<br />
cristalizó de forma definitiva en los congresos celebrados en Toulouse en 1972 y en<br />
Suresnes en 1974 ponía al frente de una nueva cantera de dirigentes a un líder nuevo<br />
como Felipe González. Había ahora que renovar también las ideas y los programas,<br />
tarea de la que se encargó el gran teórico de la socialdemocracia española, José María<br />
Maravall (Luena; Sánchez, 2023).<br />
Estos dos factores, modernidad y apoyo de la comunidad internacional fueron<br />
importantes, pero la memoria jugó un papel decisivo en ese éxito electoral. Basta con<br />
ver los datos electorales de 1936, donde el PSOE fue el partido más votado con 99<br />
diputados, un apoyo electoral del 20% y una afiliación en junio de ese mismo año de<br />
59.845 afiliados, con las citadas elecciones de 1977, donde el PSOE fue el segundo<br />
partido más votado con 118 diputados, el 29% de apoyo electoral con una afiliación de<br />
51.500 afiliados, para anticipar que la continuidad histórica del partido obrero en<br />
cuanto a estructura y funcionamiento y las redes de memoria establecidas y<br />
mantenidas en las condiciones más adversas durante cuatro décadas habían ejercido<br />
una poderosa influencia en el resultado salido de las urnas.</p>
<p>2. Situación del PSOE al acabar la guerra civil y durante el exilio</p>
<p>4<br />
Hasta 1918, momento en que Pablo Iglesias cae gravemente enfermo, las<br />
organizaciones socialistas, Partido Socialista Obrero Español y Unión General de<br />
Trabajadores, estuvieron marcadas por el liderazgo de su fundador. A partir de este<br />
momento, 1918 y, sobre todo, a raíz de la primera escisión en el seno del PSOE en<br />
1921, el partido y el sindicato quedó en manos de los que serían los grandes<br />
protagonistas de las políticas socialistas durante la II República, la guerra civil y el<br />
exilio, a excepción de Juan Negrín: Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro, Indalecio<br />
Prieto, y Andrés Saborit. De esta manera Indalecio Prieto se haría cargo del Grupo<br />
Parlamentario, Julián Besteiro del PSOE, Francisco Largo Caballero de la UGT y Andrés<br />
Saborit de la dirección del periódico El Socialista.<br />
Aunque fueron bastantes los cismas y desencuentros que estos protagonistas y<br />
sus corrientes tuvieron durante la dictadura de Primo de Rivera y los primeros años de<br />
la República, no es hasta mediados o finales de la guerra civil cuando aparecerá el<br />
germen de una nueva escisión en el seno del Partido Socialista Obrero Español.<br />
Como es bien sabido, el gobierno Radical-Cedista salido de las elecciones de<br />
noviembre de 1933, supuso una nueva unión entre las fuerzas de izquierdas y<br />
republicanas. A través de la coalición del Frente Popular, en las siguientes elecciones<br />
de febrero de 1936, recuperaron la presidencia del gobierno, unión que se mantuvo<br />
hasta que se produjo el levantamiento militar de julio de ese mismo año. Después de<br />
un gobierno efímero de Francisco Giral al comienzo de la guerra civil, Largo Caballero<br />
fue elegido presidente del Gobierno y ministro de la Guerra en septiembre de 1936,<br />
formando un gobierno en el que estuvieron representadas todas las organizaciones del<br />
Frente Popular y al que en noviembre se incorporaron cuatro ministros de la<br />
Confederación Nacional del Trabajo.<br />
Apenas ocho meses después, en mayo de 1937, se produjo la caída del<br />
gobierno de Largo Caballero por dos motivos principalmente. Por un lado, la presión<br />
que la influencia soviética ejercía sobre este gobierno a través del PCE y por otro, la<br />
retirada de la confianza al presidente del gobierno que el sector prietista realizó dentro<br />
del propio PSOE (Gabriel, 2011). Esto supuso el nombramiento de tres socialistas<br />
dentro del nuevo gobierno: Juan Negrín como presidente, e Indalecio Prieto y<br />
Anastasio de Gracia como ministros.</p>
<p>5<br />
Tras esta disolución la reacción del sector caballerista fue movilizar a las<br />
Federaciones Provinciales del PSOE, para mostrar su desacuerdo con la disolución del<br />
gobierno, y pedir una reunión urgente con la Comisión Ejecutiva del partido. La CE hizo<br />
oídos sordos a la demanda de reunión de las Federaciones Provinciales Socialistas (FPS)<br />
encabezadas por las Federaciones de Valencia y Jaén. Ante esta situación, las<br />
Federaciones Provinciales subieron el grado de presión a la Comisión Ejecutiva del<br />
partido pidiendo una reorganización de la dirección y un Congreso extraordinario a<br />
nivel provincial y federal (Memoria FPS, 1937). Esta situación acabó con las<br />
destituciones de las Comisiones Ejecutivas y el nombramiento de nuevas Ejecutivas en<br />
las Federaciones de Valencia y Jaén 3 .<br />
Del mismo modo, tanto en el Grupo Parlamentario Socialista (GPS) como en la<br />
Unión General de Trabajadores se produjeron sendas destituciones y nuevos<br />
nombramientos. Así, en septiembre de 1937, en el GPS se sustituyó a su presidente,<br />
Francisco Largo Caballero, su vicepresidente, Enrique de Francisco y su secretario,<br />
Rodolfo Llopis por Ramón González Peña, José Prat y Ramón Lamoneda, que ya era<br />
secretario del PSOE, respectivamente. El 1 de octubre de ese mismo año, el Comité<br />
Nacional de la UGT destituyó a la Comisión Ejecutiva presidida por Largo Caballero<br />
eligiendo una nueva encabezada por Ramón González Peña.<br />
Llegados a este punto, nos encontramos a Juan Negrín presidiendo el gobierno<br />
de la II República con Indalecio Prieto como ministro de Defensa, y a Ramón Lamoneda<br />
y González Peña controlando las Ejecutivas del PSOE y la UGT respectivamente, ambos<br />
afines a Negrín. Los caballeristas, prietistas y besteristas quedaron desplazados de los<br />
grupos de dirección, provocando que estos últimos no reconocieran a las Comisiones<br />
Ejecutivas vigentes en ese momento.<br />
Como era de esperar, en abril de 1938 le tocó el turno a Indalecio Prieto. El mes<br />
de marzo anterior el Partido Comunista había desatado “una virulenta campaña<br />
dirigida contra Prieto” (Graham, 2005) que provocó su salida del Ministerio de Defensa<br />
en la remodelación ministerial que realizó Negrín el 6 de abril.</p>
<p>3 Memoria de actuación de las Federaciones Provinciales Socialistas, Valencia, Editorial Meabe, 1937</p>
<p>6<br />
La guerra civil se había llevado por delante a dos de los tres dirigentes<br />
socialistas -Largo Caballero y Prieto- que se hicieron cargo de la UGT y el PSOE después<br />
del fallecimiento de Pablo Iglesias en diciembre de 1925. El tercero, Besteiro, por el<br />
contrario, volvió a tener protagonismo en los meses finales de la guerra civil.<br />
El socialismo español salió profundamente dividido de la guerra civil. La salida<br />
de Largo Caballero de la presidencia del gobierno en mayo de 1937 produjo una<br />
fractura en el socialismo que se materializó en la dirección de la UGT, y la crisis de<br />
gobierno que Negrín planteó en abril de 1938, con la destitución de Prieto como<br />
ministro de Defensa, no hizo sino acrecentar el malestar y la división en las<br />
organizaciones territoriales del PSOE -las Federaciones Provinciales Socialistas- en la<br />
España republicana.<br />
Para aquellos ejecutivos que consiguieron salir al exilio su destino fue Francia<br />
en primer lugar, 440.000 refugiados según el "informe Valière", y de ellos una parte no desdeñable, 50.000 (Bennassar, 2004) partió hacia México. Es Francia a<br />
partir del verano de 1944, tras la desocupación alemana, donde se van a volver a<br />
formar las organizaciones socialistas PSOE y UGT con la duplicidad arrastrada del final<br />
de la guerra.<br />
A partir de 1945 hubo dos sectores o dos Ejecutivas del PSOE con sedes en<br />
diferentes localidades del país galo. Por un lado, estaba la Ejecutiva dirigida por<br />
Rodolfo Llopis que aglutinaba a las tres corrientes que se formaron tras la muerte de<br />
Pablo Iglesias: caballeristas, prietistas y besteristas con sede en Toulouse; por otro,<br />
estaba la Ejecutiva dirigida por Ramón Lamoneda que aglutinaba a la corriente surgida<br />
durante la guerra: negrinistas con sede en París.<br />
Ambas ejecutivas tuvieron su órgano de expresión y ambas asistieron a las<br />
Conferencias socialistas que se celebraron -Londres, marzo de 1945; París, agosto de<br />
1946; Zurich, junio de 1947 y Amberes, noviembre de 1947- como representantes de<br />
los dos sectores del PSOE, hasta que finalmente el Comité de la Conferencia Socialista<br />
Internacional (COMISCO), dictaminó en febrero de 1948 que la representación del<br />
socialismo español en el COMISCO correspondía al sector de Rodolfo Llopis (GILLESPIE,<br />
1991).</p>
<p>7<br />
La Comisión Ejecutiva del PSOE en Toulouse fue la representación socialista<br />
española en la Internacional Socialista reorganizada en Frankfurt (Alemania) en julio de<br />
1951, y mantuvo la organización en el exterior y la representación hasta la siguiente<br />
escisión en agosto 1972.</p>
<p>3. Implantación territorial del PSOE al producirse el golpe de Estado y resultados<br />
electorales hasta 1977</p>
<p>Antes de llegar a la citada fecha de la última escisión en el Partido Socialista<br />
Obrero Español de 1972 y entrando en los datos que sostienen la tesis que da título a<br />
este artículo, la memoria como factor determinante en los resultados electorales de<br />
1977, conviene realizar un pequeño recorrido sobre la implantación territorial del<br />
partido hasta producirse el golpe de estado de julio de 1936.<br />
Los primeros datos de afiliación al PSOE 4 los encontramos en 1916 con un total<br />
de 149 Agrupaciones Socialistas y 6.330 afiliados, con existencia de Agrupaciones en<br />
casi todo el territorio español: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Castilla la Nueva,<br />
Castilla la Vieja, Cataluña, Galicia, Extremadura, Levante, Vascongadas y Navarra;<br />
además de tres Agrupaciones en el extranjero con 66 afiliados.<br />
En el año siguiente, con el mismo número de Agrupaciones, se dobla el número<br />
de afiliados llegando a 12.275, manteniéndose esta cifra prácticamente igual en 1920<br />
con 12.259 afiliados llegando a 261 Agrupaciones, y ampliando la implantación<br />
territorial a las Islas Canarias. A partir de 1920, las fuerzas del Partido Obrero van a<br />
experimentar un retroceso en el número de afiliados, que no en su implantación<br />
territorial, llegando a su cifra más baja en el año 1928 con un total de 5.226 afiliados<br />
distribuidos en 154 Agrupaciones.<br />
Las oscilaciones y el lento crecimiento del Partido Socialista Obrero Español<br />
responden a un desarrollo en un entorno muy desfavorecedor para el mismo. Además</p>
<p>4 Todos los datos sobre afiliación al Partido Socialista Obrero español están extraídos a partir de los<br />
Anuarios estadísticos de España y las Memorias del PSOE presentadas a los Congresos y a las reuniones<br />
del Comité Nacional que se reflejan en la bibliografía que acompaña a este artículo.</p>
<p>8<br />
de hacer frente a las pocas posibilidades que las leyes del momento ofrecían, tuvo que<br />
luchar en el terreno político con los partidos republicanos y, en el terreno sindical con<br />
las organizaciones anarquistas que censuraban sus métodos de organización y de<br />
lucha. Hay que tener en cuenta, como justificación a ese decrecimiento en la afiliación<br />
que, en este periodo al que nos referimos, se produce la escisión comunista de 1921 y<br />
da comienzo, en 1923, la dictadura de Primo de Rivera que durará hasta el nacimiento<br />
de la II República en 1931.<br />
Siguiendo los postulados establecidos de Modelos de partido (Panebianco,<br />
1990), puede afirmarse que el PSOE fue un partido constituido por penetración<br />
territorial de legitimación interna. Esto es, desde un núcleo central se extendió hacia la<br />
periferia sin que ninguna institución externa patrocinara su nacimiento. Este lento<br />
desarrollo, pero firme en lo organizativo y en lo moral, propició que, al caer la<br />
dictadura de Primo de Rivera, el PSOE fuera el partido mejor organizado y con mayor<br />
implantación en toda España (Martín, 2000).<br />
Durante estos años, consiguió llevar a las Cortes por primera vez un diputado<br />
socialista, Pablo Iglesias Posse, con un sufragio de 40.599 votos en la Elecciones<br />
Legislativas de marzo de 1914. En las elecciones de febrero de 1918 cosechó un apoyo<br />
de 138.925 votos, llevando al parlamento una minoría socialista de 6 diputados. Este<br />
hito en la historia del socialismo español tiene su origen en la oposición a la<br />
Restauración monárquica que se ejerció a través de la Huelga General de agosto de<br />
1917. En las elecciones de abril de 1923, con muchos menos votos 37.047, se amplió<br />
esa minoría socialista a 7 diputados de 406 que formaban el hemiciclo. Este hecho sólo<br />
se puede entender porque, como se decía anteriormente, era el partido con mayor<br />
implantación del país.<br />
Sin lugar a duda, es en los momentos previos a la II República y durante el<br />
desarrollo de esta cuando el PSOE obtiene el mayor impulso como organización y el<br />
mayor apoyo electoral. Si en junio de 1930 se contaban 7.859 afiliados a las distintas<br />
Agrupaciones, en 1931 ascendió a 25.000 afiliados, llegando a la cifra de 1.453<br />
Agrupaciones y 85.895 afiliados a finales del año 1933. Por otro lado, en el plano<br />
electoral, pasó de ser la minoría socialista con 7 diputados, a convertirse en el Grupo</p>
<p>9<br />
Parlamentario más numeroso de la Cámara con 116 diputados y 1.989.088 votos en las<br />
Elecciones Legislativas de junio de 1931.<br />
En las últimas elecciones democráticas que se produjeron en España antes de la<br />
dictadura franquista en febrero de 1936, el PSOE siguió siendo el Grupo Parlamentario<br />
más numeroso de la Cámara con 99 diputados y 3.912.555 apoyos electorales. Poco<br />
antes de producirse la sublevación militar de julio de 1936, el Partido Socialista Obrero<br />
Español contaba con 59.845 afiliados.<br />
Tras la guerra civil, el socialismo español tardó unos años en reorganizarse. Fue<br />
en Madrid donde, desde 1944 a 1953, se constituyeron siete Comisiones Ejecutivas del<br />
PSOE en el interior que sufrieron desarticulaciones totales o parciales sucesivamente.<br />
En 1945, momento del punto álgido de la reorganización del socialismo en la<br />
clandestinidad, en Madrid, los informes policiales estimaban en 1.500 los militantes<br />
socialistas organizados en torno a grupos de barrio o grupos profesionales. Militantes<br />
que se reunían, cotizaban y recibían propaganda: El Socialista, Renovación y UGT<br />
(Gómez, 2021).<br />
En la detención de la última Ejecutiva el 20 de febrero de 1953 se produjo la<br />
muerte del presidente de la misma, Tomás Centeno. Este suceso influyó decisivamente<br />
en el desarrollo posterior de la organización socialista en el interior. La Comisión<br />
Ejecutiva en el exilio y las Federaciones del interior decidieron que había que descartar<br />
el sistema de dirección seguido hasta entonces y no nombrar una nueva Ejecutiva en el<br />
interior (Martín L., 2022). Aun así, la organización clandestina siguió viva en diversos<br />
puntos de la geografía española: Euskadi, Andalucía, Asturias y Madrid fueron los<br />
lugares donde aparecieron los socialistas que determinarían la renovación que se<br />
produciría años después.<br />
Durante este periodo, 1944-1972, se celebraron once Congresos en el exilio<br />
siendo elegido en todos ellos secretario general Rodolfo Llopis Ferrándiz.<br />
Posteriormente, se celebraron otros dos con la escisión ya producida. En el I Congreso<br />
en el exilio, en septiembre de 1944, estuvieron representadas 35 entidades pasando a<br />
246 entidades representadas y 412 delegados asistentes en siguiente, celebrado en<br />
mayo de 1946. La representación de entidades y la asistencia de delegados en estos</p>
<p>10<br />
trece congresos osciló de 35 a 246 entidades y de 178 a 412 delegados, dependiendo<br />
del año (Martín, 2009).<br />
A finales de la década de los años sesenta se va a fraguar el nuevo germen que<br />
provocará la tercera escisión en el Partido Socialista Obrero Español, que esta vez<br />
tendrá como elemento clave si la Comisión Ejecutiva debía pasar del exterior al<br />
interior. La emigración económica que se produjo durante este periodo, provocando la<br />
salida de España de miles de jóvenes en busca de trabajo, y la existencia de una nueva<br />
generación de socialistas en el interior y en el exilio -que no habían vivido ni<br />
participado en la guerra civil- provocó un distanciamiento ideológico y generacional<br />
sobre quién debía dirigir la acción del Partido.<br />
Las convivencias veraniegas organizadas por las Juventudes Socialistas en el sur<br />
de Francia, que permitieron el contacto entre jóvenes socialistas del exilio y del<br />
interior, el rejuvenecimiento en las organizaciones socialistas clandestinas en el<br />
interior y la aparición de Agrupaciones Socialistas en otros países ligadas a la<br />
emigración económica, provocaron que la tendencia fuera muy proclive al paso de la<br />
dirección al interior. El secretario general se negó a convocar el XII Congreso en el<br />
exilio, tal y como estaba previsto para agosto de 1972, por miedo a que la dirección del<br />
PSOE pasara a manos del interior, hecho que ya se había producido en la UGT tras el<br />
Congreso celebrado un año antes en 1971 (Martínez, 1991).<br />
A partir de este momento se formaron dos grupos: los partidarios de seguir los<br />
acuerdos tomados y celebrar el Congreso y aquellos leales al secretario general que<br />
intentaron que este no se celebrara. Finalmente, el XII Congreso del PSOE se celebró<br />
en tiempo y forma, sin las agrupaciones ni los delegados afines a Llopis, produciéndose<br />
una nueva escisión. De este Congreso salió una dirección colegiada, sin secretario<br />
general, formada por 5 miembros del exterior y 10 del interior. Este proceso renovador<br />
acabó de culminarse durante el año 1974. En enero y marzo de ese año, la<br />
Internacional Socialista reconoció como válido el XII Congreso y reconoció a la<br />
dirección elegida como la representación del socialismo español en la Internacional 5 .<br />
En el momento de celebrarse el XII Congreso del PSOE en el exilio en octubre de 1974,</p>
<p>5 Memoria de gestión de la C.E. Capítulo Relaciones Internacionales.</p>
<p>11<br />
el partido contaba con 1.049 afiliados del exterior y 2.548 del interior 6 . Tras el citado<br />
Congreso celebrado en la ciudad de Suresnes salió elegido Primer secretario Felipe<br />
González Márquez, poniéndose fin a este proceso de escisión abierto dos años antes.</p>
<p>4. Conclusiones</p>
<p>En el presente texto, demostramos de qué forma distintos elementos de<br />
continuidad histórica conformaron una cultura que convirtió la memoria y el recuerdo<br />
de la guerra, la represión y el exilio como un motor de reconocimiento público y<br />
fidelidad electoral hacia el significado de las siglas del Partido Socialista Obrero<br />
Español.<br />
Es por esto que, a pesar del descenso de la presencia real durante la dictadura,<br />
la existencia de esa cultura de organización y de partido, hizo que se extendiese la idea<br />
de que el partido estaba tan fuerte y presente como siempre, que era una idea tan<br />
válida como lo había sido en el pasado. El motor como recuerdo, como dice Timothy<br />
Garton Ash, y la historia como garantía.<br />
Esos elementos de continuidad histórica son: la estructura territorial y la<br />
implantación territorial que el PSOE tenía por todo el país desde los años veinte, un<br />
número muy alto de afiliados, una presencia institucional permanente durante tres<br />
décadas solo truncada por la dictadura, la pervivencia de los viejos líderes y de su<br />
legado y testimonio, la continuidad ofrecida por una nueva generación que se<br />
declaraba sucesora y relevo de la generación de la guerra y el exilio y, por último, la<br />
existencia, en paralelo, de una estructura sindical hermana, la UGT, que contribuía a<br />
reforzar el sentimiento de conexión con la última experiencia democrática que el país<br />
había conocido. Porque de eso se trataba, para terminar: la historia, la cultura y la<br />
memoria suministraron la posibilidad de recordar a un importante número de<br />
ciudadanos la hoja de servicios efectuada por un viejo partido que se mostraba<br />
dispuesto, de nuevo, a presentar credenciales para continuar con la consolidación, por<br />
fin y de una vez, de la democracia en España.<br />
6 Archivo Carmen García Bloise (FPI-ACGB-1014-14)</p>
<p>12</p>
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